14 agosto 2006

Desastre ecológico en Galicia: 60.000 hectareas quemadas y la emisión de 500.000 toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

El diario "La Voz de Galicia" informaba ayer domingo (ver aquí) que según los cálculos de la Asociación Galega Monte Industria, Silvanus y Fearmaga, la ola de incendios de la última semana en Galicia ha emitido a la atmósfera más de 500.000 toneladas de gases de efecto invernadero, especialmente dióxido de carbono (CO2). La cifra equivale a las emisiones de todas las industrias gallegas (a excepción de las centrales eléctricas) sujetas al Protocolo de Kioto durante todo el ejercicio 2005. A ello habría que sumar la destrucción de sumideros de CO2 con una capacidad de absorción de 3,5 millones de toneladas.

Por otra parte el diario "La Razón" nos informaba ayer (ver aquí) que el responsable de la campaña de bosques de la plataforma ecologista Adena , Miguel Ángel Soto, estimaba que hasta el momento se habrían quemado unas 60.000 hectáreas, las mismas que se quemaron en todo el año pasado.

Andrés Novo, profesor de Ingeniería Forestal de la Universidad de Vigo y secretario general de «Silvanus», una asociación dedicada al cultivo y al estudio de los bosques, realiza unas esclarecedoras declaraciones:

«Todos los años en agosto hay una media de 700 incendios semanales, igual que ahora. Que no nos digan que lo extraordinario este año es el elevado número de incendios porque es mentira. Y que, por favor no intenten contarnos que es que este año los fuegos son provocados, porque siempre ha sido así. El problema es la falta de efectividad de la Xunta. Esta administración es incompetente y no sabe como manejar un servicio de extinción».

«Desde 1991 hasta 2004 había alrededor de 10.000 incendios al año en nuestra comunidad. Y la superficie media quemada era de 30.000, con las variaciones, claro está, de cada año. El año pasado, en el que BNG y PSOE llegaron al Gobierno e hicieron frente a la campaña de incendios de agosto, las hectáreas quemadas ascendieron a 57.000».

¿Pero, cuál es el problema? Si hay el mismo número de incendios, ¿por qué se están quemando más hectáreas? La Xunta, según Novo, ha reducido el número de efectivos y carece de planificación y de mando. «Antes, el servicio de extinción tenía un objetivo: acabar con el incendio ante de que quemase tres hectáreas -una, si era en zona arbolada-. Al final, se consiguió que sólo el dos por ciento de los fuegos que se producían en Galicia superaban las 25 hectáreas. «Ahora, en los fuegos que comenzaron hace una semana, hay algunos que han arrasado hasta 12 kilómetros. Vamos, que debe haber algunos que hayan quemado casi 2.000 hectáreas».

«Lo importante en la extinción es el principio, atajar el incendio desde el inicio, pero esto ha fallado. Por poner un ejemplo, he de decir que un día de marzo de hace unos años se declararon casi 50 focos en una misma jornada. En 24 horas estaban apagados. Y, ahora, la Xunta no es capaz de acabar con el centenar de incendios en una semana. Se les han descontrolado. «El fracaso no es una palabra que contemplen», apostilla. «Ellos prefieren vender la heroicidad de la sociedad gallega, que pelea contra el fuego. Y eso es su fracaso, porque no han sabido acabar con él; no han sabido frenarlo. La realidad es que han pasado siete, ocho días, y se ha quemado lo mismo que el año pasado. Y el doble de lo que, habitualmente, se quemaba».

Por otra parte, sumidos en plena oleada de incendios, Greenpeace ha llegado a la conclusión que, si se revisan las estadísticas de incendios en Galicia durante los últimos 15 años el fenómeno que devasta los montes gallegos estos días se repite no es nuevo. Por ejemplo, en abril de 1995, la comunidad gallega registraba 600 incendios en apenas tres días. Entre el 25 y el 30 de agosto de ese mismo año se contabilizaron un millar. «Estamos en uno de esos ciclos -añade Miguel Ángel Soto- que siempre presentan las mismas características: se inician en el momento justo, cuando las condiciones meteorológicas son más favorables a la expansión de las llamas. Hay un “chupinazo” incendiario, un desencadenante, y al momento, los focos se cuentan por centenares cada día. Salen los pirómanos, el que quiere limpiar la finca o vengarse del vecino».

Recomiendo la lectura de los siguientes artículos:

La verdadera trama incendiaria
La izquierda enajenada
Vergüenza histórica

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