30 mayo 2006

Debate del Estado de la Nación

Algunas frases de Mariano Rajoy durante el Debate del Estado de la Nación (si quieres leer su discurso íntegro pulsa aquí):
-El Partido Popular no prestará su apoyo a ninguna clase de negociación que tenga como objeto pagar un precio político bien sea a ETA, a sus cómplices o a sus sostenedores. ETA debe perder toda esperanza de lograr ni uno solo de los objetivos por los que ha estado matando, entre otros la autodeterminación y la anexión de Navarra.
- Nuestra economía crece por encima del 3% al año, pero como la población está aumentando, como consecuencia de la inmigración por encima del 2 %, toca menos a la hora de repartir y la renta per cápita crece con más parsimonia.
- Es necesario que el gobierno del Señor Rodríguez Zapatero abandone la pasividad y la política «de parches». En caso contrario, los «nubarrones» que nos anuncian desde Bruselas se pueden convertir en la «tormenta perfecta».
-El problema que más inquieta en este momento a los españoles es, sin duda, la inmigración. No faltan motivos. El Gobierno está objetivamente desbordado por la inmigración ilegal. ¿A qué negarlo? Ahora se mueve con prisas y agita todos los brazos de la administración, moviliza una patrullera, distribuye diplomáticos por las costas africanas y reclama la colaboración europea. ¡A buenas horas! Llega tarde y, además, pone los parches donde menos falta hacen.
-Por cada inmigrante que se juega la vida en un cayuco, entran cien por el Pirineo. El año pasado llegaron unos 7.000 inmigrantes a las costas canarias y entraron 700.000 por la frontera francesa. Con una diferencia: por el sur nos llegan víctimas de las mafias, pero por el norte, mezclados con la gente que viene a resolver su vida, se nos cuelan placidamente las mafias y los delincuentes.
-Este Gobierno —que adora los experimentos y es tan suficiente que no hace caso de las advertencias de la Unión Europea y ni siquiera del sentido común—, pensó haber descubierto una varita mágica con aquella ley que ofrecía papeles para todos.
-Señorías mejor será que abordemos este drama en serio y con eficacia. Necesitamos a los inmigrantes pero es preciso que lleguen de manera ordenada y legal. Esta situación es insostenible y cuanto más se tarde en actuar más costoso resultará para todos.
-El mejor ejemplo de cómo actúa este Gobierno y que se resume en cuatro rasgos. Primero: no se acuerda de las goteras hasta que se inunda la casa. Segundo: alborota mucho con sus grandiosas disposiciones huecas, sus planes especiales, sus viajes, sus fotos, sus comisiones de expertos y sus presupuestos extraordinarios, pero no aplica más que parches. Tercero: se echa la siesta, es decir abandona el problema porque tiene que atender otras cosas, tales como enredar con la Constitución o perseguir al PP. Cuarto: al final deja todo mucho peor de lo que estaba. Cada vez que el Gobierno tiene una inspiración, se repite esta secuencia.
-Llegaron ustedes al Gobierno con una gran trompetería sobre la vivienda, los insoportables precios de los pisos y la escandalosa especulación del ladrillo. Venían a salvarnos y, para demostrarlo, crearon un Ministerio de la Vivienda. Pues bien, dejando a un lado las soluciones habitacionales, además de perder el dinero que nos ha costado el ministerio, ¿qué más hemos conseguido los españoles? ¿Han bajado los precios de los pisos? No por cierto: han subido cerca del 30 % (29,1% para ser exactos). ¿Cómo hacen para poner las cosas peor? ¿Será por las zapatillas?
-A nadie puede extrañarle que cuando se gobierna en las sombras, se ocultan las intenciones, se juega con las palabras, se derriban valores convenidos, se menosprecian las creencias, se alteran las reglas del juego y, sobre todo, cuando se quebrantan los consensos que sustentan la confianza de los ciudadanos, la gente se desconcierte. ¿Cómo no?
-A la gente le alarma que no se conozca ningún plan de gobierno propiamente dicho. Se perciben ocurrencias sueltas para salir del paso, hacer que se hace para no estar quietos, pero nada serio. Hoy se le ocurre al Señor Rodríguez Zapatero hablar con Carod, mañana pactar con Mas, pasado cargarse a Maragall, el siguiente quiere colocar a las víctimas en el preámbulo de la Constitución. Y todo eso, según va saliendo, según se le ocurre, sin que las cosas vengan a cuento, si hasta nos habla de los monos, y sin medir nunca las consecuencias de sus ímpetus.
-Este es el principal logro del señor Zapatero, el cambio más significativo en el estado de nuestra nación. El Presidente del Gobierno ha fracasado en su principal responsabilidad que es sembrar certezas, seguridad y confianza que estimulen las iniciativas de los ciudadanos en vez de paralizarlas.
-No lo sé con seguridad. No sé si es su nostalgia de la Segunda República o una simple pose de quien, tras la quiebra del paraíso socialista del futuro se refugia en el pasado. No lo sé. El caso es que se ha empeñado en resucitar tensiones que no existían antes de su llegada al Gobierno. Son mérito suyo.
-En 1978, toda España tomó la senda de la reconciliación, selló las puertas del pasado y decidió caminar hacia un futuro de convivencia solidaria y en paz. Hasta ahora, Señorías, lo habíamos logrado. ¿Qué quiere decir hasta ahora? Exactamente: hasta que llegó al Gobierno el Señor Rodríguez Zapatero.
-El primer fruto de esta actitud que pretende expulsar de la vida política a la mitad de las personas es que España, que estaba unida, se muestra hoy más dividida que nunca. Ahora nos han inventado españoles de dos clases: los buenos y los malos Y no se refieren a los de ETA. Es otro tipo de buenos y malos. Ahora hay catalanes y anticatalanes, andaluces y antiandaluces, vascos y antivascos. Es una división sectaria entre propios y ajenos, los que me aplauden y los que me estorban, los indispensables y los prescindibles.
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